Luna Rossa: tres décadas de tradición napolitana en Madrid
Por Agencia Amalgama - Laura Grani
Desde 1994, Luna Rossa ha sido un rincón emblemático de Malasaña que captura la esencia de la cocina napolitana. Fundado por Giuseppe Zucchini, que a diferencia de los que muchos piensan, le cogió prestado el nombre a una maravillosa canción de Claudio Villa, este restaurante introdujo a Madrid el primer horno de leña napolitano, construido con materiales traídos de Italia. Su carta ha sido siempre un despliegue de esencia napolitana e italiana, factor que, junto con al ambiente divertido, ha atraído, a lo largo de los años, a personalidades de todo tipo. Como testimonian las fotos en las paredes, aquí han pasado desde los protagonistas de la movida madrileña, que vivía su apogeo en las calles aledañas, hasta Pavarotti, los reyes de España o el presidente Pedro Sánchez, que declaró su pizza “cojonuda”, para seguir con Pablo Motos, Javier Bardem o Lola Flores. En fin, ¡de los italianos más auténticos y animados de Madrid!
Tras el fallecimiento de Giuseppe, su hija Carla Zucchini asumió la dirección, manteniendo la autenticidad y la calidad que siempre han caracterizado al restaurante. Respaldada por la creatividad del chef napolitano Procentese, Carla ha continuado enriqueciendo la propuesta culinaria, que celebra este año su 30º aniversario con un exclusivo menú degustación navideño. Ojo ¡treinta años no se cumplen a menudo en el mundo de la restauración capitalina!
Un menú degustación superlativo para celebrar los 30 años
Con un precio de 49 euros, el menú de seis pases incluye platos emblemáticos del restaurante El festín comienza con un carpaccio de picaña adornado con trufa negra de temporada, un ingrediente recurrente en la cocina de Luna Rossa. En este caso la picaña . Le sigue un bocado de lujuria jugosa, la icónica parmigiana, hecha con berenjena gratinada en el célebre horno de leña del establecimiento, que aporta un sabor inigualable. A continuación, una deliciosa sopa de cebollas pochadas con guanciale crujiente, queso fundido y huevo, uno de esos platos que reconfortan y despiertan emociones. El cuarto pase reinterpreta la clásica pasta e fagioli, pero con tubettoni (un tipo de maccheroni más cortos) con frutti di mare y crema de alubias blancas, una combinación que evoca los sabores del mar Mediterráneo.
Antes del postre, se sirven bocaditos de bacalao con friarielli, esos brotes tiernos de grelos que llegan fresquísimos cada semana y se saltean en aceite de oliva virgen extra con ajos y guindilla, reflejando la dedicación de Luna Rossa por ofrecer ingredientes de la más alta calidad. Para culminar, una sorpresa de chocolate y un cannolo de ricotta de oveja, naranja confitada y granella de pistacho, que transportan al comensal directamente a las dulcerías de Nápoles.
Maridaje con vinos italianos únicos
El menú se complementa con una selección de vinos italianos cuidadosamente escogidos. Entre ellos, destaca el espumoso Trentapioli, elaborado con vides que crecen en los álamos siguiendo la técnica ancestral «alberata aversana».
Para los platos principales, se sirven el blanco Irpinia Coda di Volpe DOC y el tinto Taurasi Riserva DOCG 2012, ambos de Cantina Perillo, que reflejan la excelencia de la región de Campania. El cierre perfecto lo aporta un Marsala Superiore Dolce de Vito Curatolo Arini, ideal para acompañar los postres.
Más allá del menú especial
Luna Rossa ofrece mucho más que su menú degustación. Su carta incluye esas famosas pizzas de masa fermentada lentamente y cocidas en horno de leña por el maestro pizzero Christian Ojea, también marido de Carla, pastas artesanales y guisos tradicionales como la lasaña al estilo napolitano o los ñoquis con salsa de gorgonzola y nueces.
Además, su tiramisú es considerado uno de los mejores de Madrid. La carta de vinos completa la experiencia con referencias exclusivas, como el Valentini Trebbiano 2019, una rareza que solo algunos restaurantes Michelin tienen el privilegio de servir.
Un viaje a Nápoles sin salir de Madrid
Luna Rossa no es solo un restaurante; es un espacio cargado de historia y calidez que ha sabido mantenerse relevante durante tres décadas. Este 30º aniversario invita a redescubrir la magia de su cocina y su ambiente familiar. Estas Navidades, el menú especial, es una oportunidad única para celebrar la tradición y el legado de este icónico rincón de Malasaña.