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DE ITALIA A SAN BERNARDO. Tienes que probarlo una vez en la vida: el restaurante napolitano de Madrid que conquistó a Lola Flores y Pavarotti

DE ITALIA A SAN BERNARDO. Tienes que probarlo una vez en la vida: el restaurante napolitano de Madrid que conquistó a Lola Flores y Pavarotti


Este restaurante se reafirma como uno de los italianos más auténticos de la ciudad capitalina. Un refugio de cocina napolitana auténtica, con horno de leña, producto italiano de primera y el sabor de lo hecho en casa.

Por
Marina Velasco
02/07/2025 - 11:42

M​ientras la hostelería vive tiempos convulsos y efímeros, con aperturas que se desvanecen en apenas unos años, aún existen templos gastronómicos que resisten con dignidad, autenticidad y fuego lento. Luna Rossa (calle de San Bernardo, 24), en pleno centro de Madrid, es uno de esos escasos lugares donde la tradición y el alma siguen marcando cada plato. Fundado en 1994, este restaurante italiano ha logrado lo que muchos persiguen y pocos alcanzan: convertirse en un clásico sin perder su esencia. Lejos de las modas pasajeras, el local capitaneado por Giuseppe Zucchini ha mantenido intacta su filosofía napolitana —producto honesto, cocina casera, horno de leña y trato familiar— para consolidarse como una referencia indiscutible de la gastronomía italiana en la capital.

El horno de leña napolitano es el eje central de su cocina
Lleva más de 30 años marcando tendencia en el muy codiciado olimpo gastronómico de Madrid. El restaurante, regentado hoy por Anna Carla, la hija del fundador, brilla por un horno de leña que crepita con entusiasmo y dora algunas de las mejores pizzas, entre ellas, la marinara clásica (14 €), con salsa de tomate San Marzano o la Ai Formaggi DOP (16 €), con mozzarella fresca, Gorgonzola, queso de oveja pecorino, scamorza ahumada, Parmigiano y albahaca fresca.

Los platos más recomendados de Luna Rossa

En su carta también brillan caprichos napolitanos como Bufala e Parma (21€), mozzarella de leche de bufala dop con jamón de Parma 24 meses de curación y tomatitos datterini de Sicilia o la Parmigiana di melanzane (21€), que se cocina a fuego lento. Su selección de pastas logra conquistar a los amantes de las trattorias italianas, con Spaghettoni Vongole e Pomodorini (23 €) con pasta Gragnano IGP, almejas gallegas, tomate natural cherry del Vesubio, AOVE o Pennoni al ragù di genovese napoletana(22 €), con ragù de cebollas pochadas a fuego lento con carete de vaca. El broche de oro lo ponen postres como la panacotta (7), la torta Caprese (8), el tiramisú (8,50) o el cannoli siciliano (7,50).

El horno de leña de Luna Rossa no es solo un elemento decorativo, sino el alma misma del restaurante. Construido a base de ladrillo y piedra volcánica traída desde Sorrento, funciona sin ayuda de motores. Aunque fue restaurado en 2014, sigue siendo un imán para la vista: las llamas danzantes y el calor auténtico atraen a los curiosos, que muchas veces se acercan a la cocina y, con suerte, son invitados a contemplar el proceso desde dentro.

Ambiente napolitano y bodega DOCG
Esta familia napolitana quiso traer de su Italia natal los productos de Nápoles y la Costa Amalfitana, los que maridan perfectamente con un vino de su preciada bodega: puedes elegir entre el prosecco Conegliano Valdobbiadene DOCG o el lambrusco Grasparossa di Castelvetro. Por su local han desfilado estrellas del flamenco, el cine y la ópera como Lola Flores, Luciano Pavarotti, Javier Bardem o Joaquín Cortés.
El espacio de Luna Rossa consigue trasladarnos, casi sin darnos cuenta, a una pequeña calle de Nápoles. Las paredes de ladrillo al desnudo, los azulejos pintados a mano y las sillas de madera de distintos estilos crean un ambiente cálido y desenfadado. Todo respira una mezcla de romanticismo, sencillez y autenticidad que invita a quedarse y disfrutar sin prisas.
Este "rinconcito" de Nápoles representa con autenticidad el espíritu de la gastronomía napolitana: materia prima impecable, respeto por la tradición y un vínculo emocional con el comensal. Aquí no se persigue la novedad por la novedad, sino la profundidad del sabor, la textura exacta de una pasta bien hecha, el perfume de una salsa cocinada sin prisas. Luna Rossa no busca impresionar, sino reconfortar. Y eso, en el universo italiano, es la mayor muestra de excelencia.