Luna Rossa inaugura sus jornadas dedicadas al vino italiano en Madrid
by Teresa Navarro Ortega
Desde su sede en la calle San Bernardo, Luna Rossa ha dado inicio a unas jornadas que buscan acercar al público madrileño los matices más profundos de la cultura vitivinícola italiana. El primer encuentro, celebrado ayer, sirvió como carta de presentación de un programa que se extenderá a lo largo de los próximos meses. La propuesta arrancó con una cata comparativa que puso frente a frente vinos mediterráneos y continentales, para después continuar con un menú maridado que consolidó la experiencia enogastronómica.
Un viaje sensorial a través de Italia
La velada comenzó con la exploración de dos regiones clave del mapa vinícola italiano: Campania y Piamonte. Cada una aportó vinos de gran carácter, que fueron degustados en paralelo para resaltar sus diferencias de origen, clima y filosofía enológica.
Por parte de Campania, los asistentes pudieron disfrutar de un intenso Taurasi DOCG Reserva 2012 de Cantina Perillo, reconocido por su profundidad y estructura; un aromático Greco di Tufo DOCG de Terredora Dipaolo, que sorprendió por su versatilidad; y el peculiar Asprinio d’Aversa Trentapioli de Salvatore Martusciello. Este último destacó no solo por su frescura, sino también por el método de cultivo en altura, conocido como alberata, donde las vides trepan por árboles y requieren vendimias manuales a varios metros del suelo.
En el turno de Piamonte, la mesa recibió a un Barolo DOCG 2020 de Giovanni Rosso, elegante y expresivo, considerado el rey de los tintos italianos. Junto a él, el Gavi dei Gavi 2024 de La Scolca se reveló como un blanco de enorme complejidad mineral, elaborado con la uva cortese y con una marcada personalidad de terroir.
La mesa que potencia el vino
Tras la cata, los invitados se sentaron a un almuerzo diseñado para resaltar la versatilidad de los vinos degustados. El menú incluyó platos tradicionales italianos como el lingote frío de berenjenas alla parmigiana y los paccheri boscaiola di mare con setas, pulpo y bechamel, recetas que lograron un maridaje armónico y revelador.
En la conversación surgieron comparaciones inevitables. El Taurasi campano, pese a no contar con la fama internacional del Barolo, fue calificado como más complejo y equilibrado, con una madera perfectamente integrada. Por su parte, el sumiller William Sequerra, de Despensa Negrini, destacó en el Barolo la combinación entre acidez y tanicidad, ejemplo claro de su carácter continental. La anfitriona y propietaria de Luna Rossa,i,Anna Carla Zucchini subrayó la grandeza del Taurasi, recordando que su salida al mercado se retrasa al menos diez años tras la cosecha.
Los blancos y tintos frente a frente
El debate también se trasladó al universo de los vinos blancos. El Gavi dei Gavi se expresó con un estilo sobrio y elegante: mineralidad, toques calcáreos y una acidez refrescante que lo convierte en un vino de gran recorrido. En cambio, el Greco di Tufo sorprendió con mayor intensidad cromática y aromas que recordaron a variedades cercanas, como la malvasía, con matices de miel y cabello de ángel. La crítica coincidió en señalar su alto poder de guarda, lo que lo convierte en una referencia a seguir en el futuro.
Un calendario abierto al público
Lo vivido en esta primera jornada es apenas el inicio de un programa que se abrirá al público general en octubre. El 16 de octubre a las 19:30 horas, Luna Rossa presentará un menú degustación especialmente creado para la ocasión, con maridajes que recorrerán diversas regiones italianas.
El menú, que tendrá un precio de 44 € impuestos incluidos, incluirá propuestas como:
- Bocadito de mozzarella de búfala DOP con jamón di Parma Doppia Corona
- Lingote de berenjenas alla parmigiana al horno de leña
- Fusilloni con putanesca de baccalà
- Tiramisú clásico y cannolo siciliano de ricotta y pistachos
En cuanto a los vinos, la selección contará con un Falanghina dei Campi Flegrei DOCG, un Primitivo di Manduria o incluso la alternativa de una cerveza artesanal Baladin. El cierre dulce estará acompañado por un Marsala de 10 años de solera, reflejo de la tradición vinícola siciliana.
Luna Rossa, 31 años de historia viva
Detrás de esta propuesta late la historia de un restaurante que lleva más de tres décadas marcando el pulso de la gastronomía italiana en Madrid. Luna Rossa, regentado por Anna Carla Zucchini, se ha mantenido fiel a las recetas heredadas de su fundador, Giuseppe Zucchini, quien llegó a encargar a artesanos napolitanos el primer horno de piedra traído a Madrid para ofrecer la auténtica pizza napoletana.
La autenticidad de su cocina se refleja en la utilización de productos con sello de calidad como los tomates Piennolo del Vesubio DOP o el jamón de Parma Doppia Corona. Su carta, además, cuenta con una amplia selección de vinos de todas las regiones italianas, disponibles incluso por copas y con márgenes ajustados para garantizar accesibilidad.
A lo largo de su trayectoria, el restaurante ha recibido tanto a apasionados de la gastronomía como a figuras culturales y políticas de renombre. Desde Luciano Pavarotti hasta los reyes de España, pasando por artistas como Lola Flores, Miguel Ríos, Joaquín Cortés, Pablo Motos, Javier Bardem o Alejandro Amenábar. Algunos incluso han adoptado platos como favoritos personales, entre ellos los espaguetis pomodoro que encantan al actor Roberto Benigni.
Una copa para celebrar la cultura
Las jornadas impulsadas por Luna Rossa confirman que el vino es mucho más que una bebida: es un reflejo cultural, una forma de narrar el paisaje y la historia de cada región. El restaurante se consolida así como un puente entre Italia y Madrid, ofreciendo al público la oportunidad de descubrir etiquetas poco conocidas y maridajes auténticos.
El ciclo apenas comienza y promete convertirse en una cita imprescindible para los amantes del vino y la cocina italiana.
¿Será el público madrileño capaz de descubrir un nuevo favorito entre estos vinos menos mediáticos? La respuesta, como siempre, estará en la copa.